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martes, 29 de marzo de 2011

Las marcas dentro de la enseñanza

Respecto a este capítulo sobre las marcas en las escuelas y universidades, podemos comentar varios aspectos, tanto cosas positivas como negativas.
El introducir una marca en una escuela o universidad tiene por que ser negativo, sino que es algo que con un alto porcentaje va a influir a la mayoría de los estudiantes de esa escuela.
Introducir las marcas en una escuela o una universidad no influye de la misma manera.
Al introducir una serie de marcas específicas en una escuela no se desarrolla de la misma forma. En niños y adolescentes que ven día a día una marca, generalmente les influye más que a los adultos.
Al ser niños, no disponer de dinero ganado por ellos y verse rodeados de carteles de una marca, la influencia es mayor. En el caso del colegio con alimentos, si los padres les dan dinero para que se compren algo de merendar en el colegio, los niños irán a cafetería y pedirán la marca que vean allí, no ven más allá de eso. Esa influencia de ver todos los días un cartel de una marca les influye y en casa pedirán de esa marca y no de otra.
En el caso de la escuela, los niños donde son mayormente influidos son en las marcas alimenticias. Esto no quiere decir que en el colegio no se fomente otra influencia como puede ser en aparatos electrónicos, sino que la mayor influencia es por los alimentos. En cambio los aparatos electrónicos influyen mucho más que los alimentos, pero estos no son anunciados ni vendidos por el colegio, sino que esto lo fomenta la sociedad, los niños que les rodean cuando llegan a clase con un mp3, un móvil o cualquier otro aparato electrónico.
No creo que inculcar y enseñar a vivir a un niño con una marca determinada sea positivo ni fomentador. Esto no es dar libertad a los niños, se les está robando la libertad de tener la marca que ellos quieran para tener una gran marca que se está enriqueciendo gracias a lo pobres niños.
Pero esto no es solo culpa de los niños, sino también de los padres. Los padres son el motor oficial del niño, los que promueven y dan libertad a sus hijos de pedir lo que ellos ven y tienen en la cabeza porque están cansados de tener la imagen de dicha marca. Todo esto viene dado de la educación, esto es una forma de educar, si el niño dice que quiere una marca, no hay que comprar lo que el diga. El padre es el que manda y debe imponerse ante el niño para un mayor respeto y decidir él que comprar, así, de esta forma, el niño aprenderá a que él no decide, y la marca que se compre será la elegida por el padre y no obligatoriamente la que ve a diario en la escuela.
Dentro de las escuelas aún así, no hay una exigencia de marcas. La escuela está para educar y no para vender una marca o enseñar a los alumnos a no tener capacidad de decisión ante varias marcas conocidas o marcas blancas.
En el colegio, a los alumnos se les enseña a que no hay que ser materialista, a que hay que saber lo que se quiere, a no ser caprichoso y tener lo que todo el mundo tiene o lo que el anuncio me muestre, sino todo lo contrario.

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